La taxonomía de Linneo o taxonomía linneana clasifica a los seres vivos en diferentes niveles jerárquicos, comenzando originalmente por el de Reino. Hoy, se considera el Dominio como una jerarquía suprarreinal, dada la reciente fisidad de incluir también a Bacterias y a Arqueas. Los reinos se dividen en Filos o Phyla (en singular, Phylum) para los animales, y en Divisiones para plantas y otros organismos. Éstos se dividen en Clases, luego en Ordenes, Familias, Géneros y Especies.
Aunque el sistema de Carlso Linneo
era firme, la expansión de conocimiento ha dado lugar a una expansión
del número de niveles jerárquicos, incrementando los requerimientos
administrativos del sistema, aunque permanece, es el único sistema de
clasificación básica que actualmente cuenta con la aprobación científica
universal. Entre las subdivisiones posteriores, han surgido entidades
como superclases, super, sub e infraórdenes, super y subfamilias, tribus
y subtribus. Muchas de estas jerarquías adicionales suelen surgir en el
estudio de disciplinas como la entomología,
que requiere clasificar nuevas especies. Cualquier campo biológico que
estudie las especies está sujeto a la clasificación taxonómica linneana,
y en extensión, a sus rangos jerárquicos, particularmente si se lleva a
cabo la integración de organismos vivientes con especies fósiles. Será
conveniente entonces aplicar herramientas más novedosas de
clasificación, como la cladista.
Tras el rango de especie, se pueden dar también subrangos, tales como subespecie y raza en animales, y variedad y forma en botánica, aunque en ésta última disciplina, el término subespecie también es utilizado.
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